Había una vez…

Una planta muy triste, muy triste,
que no paraba de llorar.
Sus amigas le decían:
“¿Qué haces tan triste plantita?”
“Nadie me quiere regar,
Pues dicen que soy fea y seca,
pero me tengo que refrescar.”
Y así pasaban los días,
la pobre plantita lloraba,
y las demás le preguntaban,
para saber qué le pasaba.
Hasta que un día una niña,
que corría sin parar,
frenó en seco al mirarla.
“¡pobrecita, que seca estás!”
La plantita al escucharla, sólo pudo contestar:
“Porque una vez me sequé,
y alguien dejó de cuidarme,
si no lo hubieran dejado ahora sería grande”
Así que la niña no lo quiso pensar más,
y corrió a su casa dejando la planta atrás.
“Volveré pequeña plantita, sólo piensa en respirar”
Y la planta la esperó hasta que la vio llegar.
“Ya llegué pequeña planta y ahora te voy a regar,
nunca más permitiré que te vuelvas a secar,
bebe, bebe y cúrate, no te puedes marchitar”
La plantita se curó y de nuevo floreció,
y la niña desde entonces, de regarla no cesó.
FIN
Poema original escrito por: habiaunavezuncuento.com